miércoles, 14 de septiembre de 2011



SUR.... paredón  y después...

El barco se acomoda a la marea, no cuestiona porque sube o baja, se limita a bornear, se adapta a ella y deja que la corriente acaricie su casco, quizá de la misma forma debiéramos adaptarnos a lo que acontece y sucede…. y que no depende nuestra voluntad. El Río Caravelas hace lo mismo, se entrega a los caprichos de la luna y deja que ella gobierne el subir y bajar de sus aguas. Quizá la luna haga lo mismo, se entregue a los caprichos del cosmos y a su propia gravedad y a la del sol y a la de la tierra, como sea, todo ello explica porque todo esta como debería estar….y aquí estoy, en este apacible rio, esperado que dos días de viento norte o este u oeste  me lleven a Vitoria o donde el destino quiera….si puede ser al sur sus caprichos serian los mismos que los míos.
Atrás quedó Salvador y su Morro de Sao Paulo que nos regaló no solo la belleza de su Pelourinho sino que también la compañía de Juliana y Rafael que nos agasajaron, no solo con su presencia, sino también con presentes que trajeron saudades de Argentina. 
Después comenzamos a bajar e Itacare no quiso que lo conozcamos; su entrada complicada y nuestros imperdonables errores de navegantes con algunas millas en el haber hicieron que decidamos seguir de largo a Ilheus. De allí a Santo Andre cuya entrada nos cobró peaje; esta vez sí tuvimos en cuenta las tablas de mareas (no como en Itacare) pero aun así nos varamos, y ello no aconteció en un espejo de agua….casi en la rompiente. Costó pero entramos y de nuevo la camaradería náutica. Allí nos encontramos con Montovani del catamarán Arigato y conocimos a Russel quien con su esposa y se beba de un año esta dando la vuelta al mundo en su Catamaran Moonwalker. Santo Andre nos protegió de un frente frío duro de tres días que hizo trabajar las anclas mas de lo que me hubiera gustado. Abrolhos fue nuestra próxima parada, un exquisito archipiélago que resulta ser parque nacional ubicado a 30 millas del continente donde alguna vez anclara el HSM Beagle al mando de Roy con Darwin a bordo. Allí estuvimos, buceamos y aprovechamos para limpiar el fondo del Navegante.
Luego navegamos las treinta millas que separan Caraevlas de Abrolhos esquivando ballenas y arrecifes de coral desde donde, en soledad, tipeo estas líneas, Marcelo ha debido retornar a Argentina por compromisos familiares. Sigo solari para abajo. En el mar soy feliz. Abrazo a todos.


El Elevador en Salvador


Rafa y July de visita



Abrolhos


Faro de Abrolhos


Esquivando arrecifes


Hasta mañana


Nos regalaron pescados!!!!


El pescado....es el que esta en el plato, el otro es el cocinero


Mi quemadura y yo


EL moonwalker de Russel y familia



Mujeres a bordo!!!!


Terminal Rodoviaria de Caravelas





1 comentario:

  1. Hola Claudio sigo tu estela hacia el norte...
    Atrapante Brasil verdad?
    Les llego la foto que les saque en Ilha grande?
    Lastima que Ari ya no este a bordo pero asi es la vida del aventurero.

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