Desde Mar del Plata

Hola a Todos: estamos desde hace poco mas de una semana en Mar del Plata. No nos gustò mucho dejar Necochea ya que en solo algunos dias nos encariñamos con la gente del lugar. El dia antes de la despedida Juan Pedro y Yuko (su esposa) nos recibieron en su casa, nos invitaron a almorzar, nos obsequiaron con unas gargantillas con motivos maritimos y hasta nos regalaron tomates y verduras de su quinta, asi nadie quiere irse. Tambien comimos comida griega con Fabian (con quien venimos encontrandonos  desde Camarones) e invitamos a Pablo (dueño del Maria Galante) a cenar, quien nos obsequió un video de sus aventuras submarinas. Con toda esta calidez humana cuesta zarpar, pero como decia Vito Dumas: "que no se caliente en tu mano la mano de tu amigo"

Otro tema para mi (el Negro) fue despedir a Marcelo, gran compañero de aventura, quien a no mas de 2 dias del arribo debió volver a Comodoro por apremios laborales. Poco tiempo despues me mandaría un mensaje de texto graficando su situación que decia "tengo mas tormenta  que en la boca del golfo".

Así, el jueves 4 de Febrero volvimos a hacernos a la Mar. Esta vez con rumbo a la Feliz, ciudad que ,raramente, no conocia mas que su puerto. La nevagacion fue según lo pronosticado, vientos suaves y variables. Tardamos 18 hs en recorrer las 76 millas que separan ambos puertos. Unas 5 millas antes de llegar a la altura del Faro Punta Mogotes nos acompañaron una cantidad increible de delfines. Cuando llegabamos al puerto vimos un velero que andaba por alli. En determinado momento vira y comienza a acercarse. En principio pensamos que solo venia a curiosear el barco pero grande fue nuestra alegria cuando nos dimos cuenta que era  Alfredo, dueño de un 34 pies de acero llamado Minga que saliò a recibirnos. Nuestra segunda navegacion en dobles culminaba exitosamente. 

En Mar del Plata terminaba en esos dias la regata del bicentenario, por eso cuando llegamos no teniamos muchas opciones adentro del club, asi que la primer noche el navegante durmió ...afuera, en una boya del Yacht Club Argentino. Nos fuimos a dormir con Leli y Lala, abuelas de Ari que nos esperaban con la cena servida. Al dia siguiente a primera hora paraditos en el club logramos que nos den un lugar en la marina, asi que desde ese dia estamos como bacanes, con luz, agua, etc.

Aca tambien tuvimos visitas, vinieron Pato y Modest, mama de Ari y su esposo. Nos dimos bastantes gustos, comimos mucho y bien, aunque hubo un solo detalle que duró toda la semana: el Negro se pescò un virus que lo tuvo a la corridas al baño. Mas alla de eso la estadía por aqui ha sido de primera, conocimos a Alfredo y su esposa, quienes vinieron a almorzar al barco y despues nos invitaron a su casa. Por otra parte instalamos un generador eólico que nos va a permitir relajarnos con el tema de la carga de energia. Llegando a Necochea nos abandonó el ecosonda asi que estamos esperando uno nuevo desde Bs. As. que ya encargamos. El tramo hasta la La Plata, nuestro próximo puerto, tiene unos cuantos bajofondos y prefeririamos contar con ese instrumento. En fin seguimos felices y ya preparandonos para la próxima pierna a la Plata, unas 240 millas. Un abrazo a todos.

De izquierda a derecha: Yuko, Pedro, el Negro y Ari. Estabamos preparando la salida de Necochea

Llegando a Mar del Plata

Alfredo nos sale a recibir en el Minga

La foto que no podia faltar

Pato y Modes nos visitan en la Feliz

Walter, el electricista que armó la instalacion del eólico.

 Juan y Gabriel, los soldadores que armaron soporte del eolico, "un corso" diria Lely, la abuela de Ari